jueves, 22 de junio de 2017

La idea del Destino en una tirada de I CHING (ultima parte)






------    ------                K’an, Lo Abismal, El Agua
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---------------                Chen, Lo Suscitativo, El Trueno

            El que es engendrado es Chen, el Trueno, que en la Iconografía budista es uno de los símbolos principales y “significa la fuerza espiritual del estado de Buddha (iluminación, indestructible) que sacude las realidades del mundo” (21), la ilusión que lo mantiene alejado de las verdaderas raíces del ser.


            En la historia del Príncipe Cinco Armas, citada por CAMPBELL  (22), se cuenta el relato de un joven príncipe entrenado por un maestro (padre) que lo instruyó en el manejo de cinco armas equivalentes a los cinco sentidos, y armados con ellos va en busca de un ogro llamado Cabello Pegajoso, quien mataba a todo aquel que pasaba por el bosque donde residía.

            Al encontrárselo usa todas las armas contra él sin resultado y luego él mismo usa sus propios puños, piernas y finalmente la cabeza en el afán de vencerlo, pero queda pegado en los cabellos del ogro; sus sentidos entrenados no servían para vencer los peligros del Inconsciente, quedando atrapado por él, pero en el veneno está la fuente de curación, tenía una sexto sentido, “una sexta arma, invisible y sin nombre, el trueno divino“ (tengo en el vientre, Cáncer para la Astrología, un Trueno - le dice el Príncipe), el conocimiento del principio trascendente, que está detrás del reino fenoménico de los nombres y formas. Entonces cambió la situación, no permaneció atrapado sino que fue libertado: porque pudo recordar que ser era ser libre para siempre”  (23). En los nidanas el eslabón nombre y forma corresponde a Cáncer y el Ser a Capricornio como ya se mencionó anteriormente.

            Con este relato podemos comprender porque el Dictamen indica el elevado éxito de la obra, pero como ya se indicó se debe obrar con cautela por que todo intento prematuro podría acarrear el fracaso.

            La imagen dice que en el caos de la dificultad inicial están los gérmenes del orden, del nuevo Cosmos a formarse, por ello “el noble debe estructurar y ordenar la confusa plenitud (del Inconsciente), tal como van devanándose las hebras de una madeja de seda y uniéndose en hilos. Para encontrarse en lo infinito es menester discriminar y unir.”  (24)

            Encontramos aquí el mismo tema que en el cuento de Fátima, a través de la discriminación que permite separar lo irreal de lo real, el noble puede unir y tejer los hilos de la existencia, encontrando su verdadero Destino.

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            A pesar de que el hexagrama es un producto del azar, una tirada del I CHING la coincidencia significativa con Capricornio-Cáncer, es elocuente a través del análisis efectuado de los símbolos dados por el Libro de las Mutaciones, concordando con los diversos estadios analizados con anterioridad.

            Para finalizar quisiera agregar que el I CHING toma algunos signos relacionándolos con la formación del carácter, mostrando la evolución del mismo a través de nueve de ellos. K’un, la Desazón es el séptimo de la serie.

            Transcribe el comentario al respecto del Ta-Chuan (Gran Traslado) que reza: “Este signo introduce el carácter ya formado en el carácter de su confirmación. Surgen obstáculos que deben superarse y que, sin embargo, con frecuencia resultan insuperables. En este caso el hombre es colocado frente a límites que es incapaz de eliminar y cuya superación sólo se hace posible cuando se aceptan. Al reconocerse y aceptarse así las cosas en su necesaria condición de destino, se pierde el hábito de odiar la adversidad. Pues, ¿qué sentido, qué valor tendría arremeter contra el destino?. Y así, en virtud de esta disminución del rencor el carácter va purificándose y ascendiendo a una etapa más alta” (25).

            La secuencia, o sea el paso al próximo hexagrama en el orden general, coincide con el octavo signo de la serie, que es el hexagrama 48, el Pozo de Agua que contiene las aguas de la vida, las aguas bautismales que purifican al individuo y lo liberan de la imposición de las estrellas como dirían los gnósticos (ver pág. 30).

            Parecería que con este desarrollo planteada por los chinos, la neurosis de destino, sería superable ya muy avanzado el proceso de individuación, el séptimo lugar en la serie parecería confirmarlo, coincidiendo con lo afirmado por JUNG, que el proceso de Individuación era algo muy raro en la Naturaleza, ya que implicaría el dominio definitivo del complejo de Edipo en todas sus instancias, hasta llegar al arquetipo del Viejo Sabio o del Significado.

            Al respecto de este dominio, podríamos comparar con lo manifestado por JUNG en su práctica médica, que coincide con el comentario del Ta-Chuan; JUNG no se refiere a una resolución, sino a un “sobrepasar”. He aquí sus palabras: “Algún interés más alto, más amplio, entró en la perspectiva y debido a tal ensanchamiento del horizonte, el problema insoluble perdió su urgencia. No fue resuelto lógicamente en sí mismo, sino que palideció frente a una dirección nueva y más fuerte de la vida. No fue reprimida y hecho inconsciente sino que meramente apareció bajo otra luz y así fue distinto”. Ahora la metáfora usada por JUNG da claras muestras de la acción del arquetipo, predominante en él a través de su Yo-Ascendente: “Lo que en un nivel más profundo había dado motivo para los conflictos más turbulentos y a una pánica tempestad de afectos, parecía ahora contemplado desde el nivel más elevado de la personalidad como un temporal de valle visto desde la cima de una alta montaña (recordemos la asociación con Capricornio). Con ello no se ve privada la tormenta de realidad, pero no se está más en ella si no encima.”  (26)


            Luego JUNG cita una carta de una antigua paciente suya en donde describe con exactitud este estado, la transcribo a continuación: “De lo malo me ha venido mucho bueno. El mantenerme calma, no reprimir, estar atenta y al mismo tiempo aceptar la realidad, las cosas como son y no como yo las querría, me ha procurado un raro discernimiento y también fuerzas poco comunes que antes ni siquiera hubiera podido imaginar. Pensaba yo siempre que, si se aceptan las cosas, la abruman a una de alguna manera, ahora bien, esto no es de ningún modo así y sólo al aceptarlas puede adoptarse una posición hacia ellas. (Anulación de la participación mystique! - agrega JUNG). De modo que jugaré ahora al juego de vivir aceptando lo que cada vez me traen el día y la vida, bueno y malo, sol y sombra, que constantemente cambian y así también acepto mi propia naturaleza con su positivo y negativo y todo se hará más viviente. Qué tonta era! Cómo he querido forzar todo según mi cabeza!” (27)

Notas:


           (1)       Wilhelm, Richard, I Ching, Edit. Sudamericana, Bs. As., 1979, pág. 713.

(2)       Ibid, pág. 713.

(3)       Ibid, pág. 262.

(4)       Ibid, pág. 266.

(5)       Ibid, pág. 266.

(6)       Ibid, pág. 266.

(7)       Ibid, pág. 267.

(8)       Ibid, pág. 267.

(9)       Ibid, pág. 310.

(10)     Ibid, pág. 774.

(11)     Ibid, pág. 267.

(12)     Ibid, pág. 267.

(13)     Ibid, pág. 267.

(14)     Ibid, pág. 268.

(15)     NHAGAVAD GITA: cap. III, Bibl. J.L.Borges, Hyspamérica, pág. 110,

(16)     WILHELM: loc. cit., pág. 150.

(17)     Ibid, pág. 268.

(18)     Ibid, pág. 716.

(19)     Ibid, pág. 489.

(20)     Ibid, pág. 489.

(21)     CAMPBELL, Joseph: El Héroe de las Mil Caras, F.C.E., México, pág. 86.

(22)     Ibid, pág. 86.

(23)     Ibid, pág. 87.

(24)     WILHELM, I CHING, pág. 93.

(25)     Ibid, pág. 435.

(26)     JUNG, C.G.: El Secreto de la Flor de oro, Edit. Paidós, Bs. As., pág. 32.

(27)     Ibid, pág. 63.
   


 

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